Fibrilación auricular
Más de 22.000 baleares padecen fibrilación auricular no valvular, una enfermedad poco conocida pero causante de los ictus más graves
Se trata de un tipo de arritmia que multiplica por cinco el riesgo de padecer un ictus y por dos el de muerte en caso de padecerlo.
cicerocomunicacion.es 25/02/2021 - 15:50:33

Más de 22.000 baleares padecen fibrilación auricular no valvular, una enfermedad poco conocida pero causante de los ictus más graves

 

·       Se trata de un tipo de arritmia que multiplica por cinco el riesgo de padecer un ictus y por dos el de muerte en caso de padecerlo. 

 

·       La adecuada anticoagulación de estos pacientes es clave para prevenir y disminuir la incidencia del ictus en Baleares - donde es, de hecho, la segunda causa de fallecimiento – en un contexto de gran presión asistencial como el actual.

 

·       Cada día, cinco baleares sufren un episodio de ictus y, cada año, el coste de su tratamiento y el de sus consecuencias incapacitantes asciende a 49 millones de euros ii, vi, vii. El 80% de los ictus se podrían prevenirviii,ix.

 

Un total de 22.140 personas en Baleares padecen fibrilación auricular no valvular (FANV) Se trata de una enfermedad poco conocida pero, tal y como se recoge en el “”, con un gran impacto sanitario y social. Por un lado, la FANV es la causante de los casos más graves de ictus y este accidente cerebrovascular es, a su vez, la segunda causa de muerte en la región. Por otro lado, el ictus supone una enorme carga asistencial y económica para un sistema sanitario actualmente bajo gran presión por la pandemia del coronavirus.

 

La fibrilación auricular no valvular es, de hecho, el trastorno del ritmo cardíaco (también denominado arritmia) más común. Constituye el 85% de los casos de fibrilación auricular en general i,ii,iii y aparece cuando la frecuencia cardíaca (ritmo al que late el corazón) no se produce de forma regular o constante, sino de manera irregular y acelerada.

 

Como la FANV favorece la aparición de coágulos en la sangre (tromboembolismo), es necesario que quienes la padecen estén anticoagulados; así se evita la formación de los coágulos y se reduce el riesgo de trombos. En caso de no estar anticoagulados o de estarlo inadecuadamente, estos pacientes se encuentran entre los de mayor riesgo de sufrir un ictus, un accidente cerebrovascular que, en Baleares, constituye la segunda causa de muerte. En concreto, la fibrilación auricular multiplica por 5 el riesgo de padecer un ictus y por 2 el de muerte. Más aún, se estima que 2 de cada 10 ictus están asociados a ellav, siendo la variante no valvular la que causa los casos más graves e incapacitantes.

 

En palabras del propio Dr. Fernando García Romanos, presidente de SEMERGEN-ILLES BALEARS y presidente de la Sociedad de Hipertensión y Riesgo Vascular de Illes Balears (SOHIB), “la Fibrilación Auricular es un tipo de arritmia cardíaca donde las aurículas se contraen de forma irregular, en lugar de hacerlo de forma sincrónica y rítmica, perdiendo su eficacia para llevar la sangre a los ventrículos. Por este motivo, la sangre se remansa en ellas y se facilita la formación de coágulos”. 

 

“Si un coágulo se desprende y pasa al torrente sanguíneo puede llegar a obstruir un vaso sanguíneo. Por este motivo, esta arritmia representa un riesgo muy elevado para el paciente de sufrir un accidente cerebrovascular”, prosigue el Dr. García Romanos. Además “por la capacidad de obstruir arterias cerebrales que irrigan zonas extensas del cerebro y/o zonas que coordinan diversas funciones, el ictus por fibrilación auricular es de los más graves, con mayor mortalidad y grado de discapacidad y con secuelas más frecuentes y severas”, añade.

 

“Ya antes de la pandemia Covid-19, era una arritmia infradiagnosticada. En las actuales circunstancias, con una atención sanitaria centrada en las consecuencias del SARS-CoV-2, con cierta desatención de otras patologías, propicia la detección tardía de este problema. -continúa el Dr. García Romanos-. Los principales retos actuales en el abordaje de la fibrilación auricular son el diagnóstico precoz, el control de la frecuencia cardíaca, la anticoagulación precoz y adecuada de inicio, evitando en pacientes vulnerables los riesgo innecesarios que suponen los controles asistenciales frecuentes”.

 

Por su parte, Rafael Martínez, presidente de la Federación Española de Asociaciones de Anticoagulados (FEASAN), apunta que, “en efecto, la situación actual de pandemia ha acrecentado el nivel de vulnerabilidad de los pacientes con FANV; una correcta anticoagulación no solo previene el riesgo de ictus sino que implica menos visitas a los centros sanitarios, consiguiéndose una menor exposición al riesgo de infección por coronavirus y una mayor optimización de los recursos asistenciales, objeto de tanta presión hoy en día”. 

 

Ictus: qué es, factores de riesgo y secuelas

 

El ictus o infarto cerebral, principal complicación a la que se expone un paciente con FANV inadecuadamente controlado, es un accidente cerebrovascular que se produce cuando una arteria se rompe (ictus hemorrágico) u obstruye (ictus isquémico), con la consiguiente reducción del flujo de sangre al cerebro. Parálisis facial, pérdida de fuerza, problemas de habla o comprensión, un dolor repentino y fuerte dolor de cabeza sin causa aparente son sus principales síntomas. 

 

Según el “Atlas del Ictus en Baleares”, cada año se registran en la comunidad 1.792 nuevos casos de ictus o, lo que es lo mismo, 5 casos al día, con sus consiguientes secuelas sociosanitarias -discapacidad o dificultades en la vida diaria de quienes sufren un episodio- y económica: se estima que solo el coste anual de las hospitalizaciones para su tratamiento y el de sus consecuencias asciende en Baleares a 49 millones de euros

 

En cuanto a la distribución por sexos de su incidencia en Baleares, la proporción es mayor en el caso de los hombres, con un 54% de los episodios, frente al 46% de los que se presentan en mujeresii,vi. Para éstas, supone, sin embargo, la segunda causa de muerte, frente a la quinta en los pacientes masculinos, siendo la suma de los episodios de hombres y mujeres la que sitúa al ictus en el segundo lugar mencionado entre las causas de fallecimiento más frecuentesIV.

 

Ente las causas del ictus se encuentran factores de riesgo más o menos fácilmente modificables, como la inactividad física, el sobrepeso, fumar, el alcohol o el estrés. A ellos se añaden otros posibles desencadenantes, como la diabetes mellitus, la hipertensión u otras enfermedades cardíacas, principalmente la fibrilación auricular. 

 

El 80% de los ictus son evitables, sea mediante la promoción de hábitos de vida saludables, el conocimiento de sus síntomas -a fin de detectarlos y recibir la asistencia sanitaria adecuada en el menor tiempo posible, lo que mejora el pronóstico posterior- o una correcta anticoagulación en el caso de los pacientes que reciben tratamiento para ella. 

 

Además de por su letalidad, en el caso de supervivencia a uno de sus episodios, el ictus se caracteriza por resultar enormemente incapacitante. Se estima que 2 de cada 3 baleares que lo sufren desarrollarán algún tipo de discapacidad, incluso 15 años después del episodio. La gran mayoría de ellos aseguran tener problemas de movilidad o dificultades para realizar sus actividades cotidianas, principalmente entre las mujeres y los mayores de 65 años con independencia del sexo.

 

“El ictus, en función de la severidad y extensión del mismo –concluye el Dr. García Romanos- puede dejar secuelas importantes con discapacidades que van a impedir o limitar el desarrollo de actividades de la vida cotidiana. Entre las principales secuelas, se pueden señalar la parálisis; el dolor; problemas para comprender, expresarse o ambas funciones; problemas cognitivos o trastornos emocionales”.



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