Editorial: La incertidumbre no es buena consejera cuando se trata de la economía familiar y territorial. Resulta que los ingleses y alemanes no quieren tener en cuenta nuestro gran esfuerzo de ser zona libre de COVID-19. Lo hemos dado todo, nuestro sacrificio no ha tenido igual ni referente. Todos los huevos los hemos puesto en la cesta de recibir cuanto antes a los turistas de ambas naciones. No nos ha importado estar cerrados, quebrados, comernos nuestras reservas. Hemos seguido con fidelidad las órdenes e instrucciones de las autoridades sanitarias y políticas. La receptividad no es la esperada, Mallorca y Baleares deberán esperar dicen los políticos ingleses y alemanes.

Que sepan que somos tierra de paciencia infinita. Por nosotros no quedará. Se abre España y el resto de continentes al mundo y sabemos que nuestra preciosa tierra cuenta con las mejores maravillas, las arenas más finas, los inmejorables servicios, la profesionalidad hasta el excelente y por supuesto unas empresas consolidadas que a pesar del golpe han aguantado las ofertas de los fondos buitre, mercados despiadados y soluciones rápidas a nuestras penas. Creemos en nosotros profundamente, que lo sepan los alemanes e ingleses. Siempre serán bien recibidos, lo saben, esta es su casa, como si fuese su segunda residencia.

Los mandatarios y políticos ingleses y alemanes tendrán que abrir este verano sus fronteras y sus ciudadanos volverán a elegir Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera, porque también es su tierra. La globalizad tiene eso, que a pesar de los políticos todo volverá a funcionar y cada ciudadano elegirá lo que le apetezca al margen de Soros, Bill Gates, China, multinacionales, fondos sin corazón, farmacéuticas, Rusia, América, o la internacionalización de un poder soberano supremo que quiere convertirnos en esclavos y reducir nuestra movilidad hasta parámetros desconocidos.

Están muy confundidos, por encima de ellos hay unas clases entrelazadas, unidas, sólidas, que saben que ellos/as son el todo. No conseguirán que exista el poder y sus siervos (nada más), estamos de pie los autónomos, clase media, trabajadores, pymes, microempresas, empresas familiares, profesionales, y entidades organizadas. Nos da igual que en el pesebre del poder estén los políticos, sindicatos agradecidos y patronal domesticada. Nos importa un pimiento, cuando quieran ponernos en peligro nos defenderemos y serán ellos quienes salten por los aires.

Ya está bien de tanto dolor, cuando abran las fronteras, vendrán a vernos, nuestra tierra es parte del parnaso, un paraíso que deja hacer y no le lleva las cuentas a nadie de los que llegan, aquí son felices. Vemos muy preocupada a la presidenta Armengol y piensa ir a Londres y Berlín para mediar sobre la llegada de visitantes, porque un verano más no lo soporta nadie. Cuando se abran las fronteras los tendremos de nuevo aquí. Nuestros políticos lo que deben preocuparse es de poner vacunas los siete días de la semana y con dotación de profesionales como sea necesario y todo rodará como la seda, está ocurriendo en otros países, no hay que inventar nada, solamente copiar.

Muy oportuna la campaña del Ayuntamiento de Manacor, desde el optimismo ayudan al comercio local y dinamizan la vida de quienes más han sufrido. Encantados todos/as con el aire que se respira en un municipio que ha estado doblemente castigado por la pandemia, uno de los pocos que fue cerrado perimetralmente. Hay un gentío por calles y plazas, y llegarán las visitas. Preparados en las perlas, cuevas, Academia y museo de Rafa Nadal, viviendas vacacionales, hoteles, apartamentos, agroturismos.

Abriremos de nuevo por muchos anuncios que hagan los políticos de Europa, esos que han demostrado que son los peores estadistas de la historia y se han comportado como unos gamberros. Ellos van por un lado y el mundo y la ciudadanía por otro, quien ha dicho miedo, tenemos todos los ingredientes sin excepción, y contamos con la belleza y la libertad.